viernes, 27 de marzo de 2009

Acariciame


Acariciame esta noche de soledad absoluta,
adormece con tus manos mi caudal de savia pura.
Imagina que me duermes susurrando con ternura
amanéceme despacio sin mediar palabra alguna.

Siénteme bajito mirarte de reojo.

Aduéñate del aura que envuelve mi espacio.

Piénsame dormida soñarte tranquila.

Abrázame que quiero sentir tus mejillas.

Adórame en el tiempo y espacio infinito,
acompaña con tus versos la sombra de este olvido.
Estréchame la vida que sin tí es una locura,
condéname suave a esta dulcísima amargura...

domingo, 15 de marzo de 2009

Gracias, Andrés


Durante toda su corta vida, Andrés solo pensaba en una cosa: tener un hermanito.
Ejercería de orgulloso hermano mayor. Le daría el chupete cuando se le escapara de su boquita, avisaría a mamá cuando se intentara poner de pié en la cuna. Ya, pasados unos años, jugaría con él a policías y ladrones, o quizás mejor, le auscultaría con su fonendo jugando a ser médico. Porque Andrés tiene un fonendo de verdad, y una bata de médico hecha a medida para él. Y es que Andrés, se ha pasado toda su vida, desde que tenía 4 meses ingresado en varios hospitales.
Ahora, su sueño se ha hecho realidad. Hace unos meses nació Javier, su añorado hermanito. Pero la mayor sorpresa se la llevó, cuando sus padres, al anunciarle la noticia, le comunicaron que el hermano venía con sorpresa: Iba a curarle de su enfermedad. No lo entendía bien, solo sabía que además de tener un hermano para jugar, iba a hacerle el mayor regalo, la vida.
Ahora, Andrés ya está curado. Aún necesitará algunas visitas al hospital, al que considera como su casa, pero solo serán rutinarias.
Él no entiende de política, ni de religión. No sabe ni creo que le importe mucho que haya un señor vestido de negro, un señor que no tiene hijos y que no puede ponerse en el lugar de unos padres muertos de angustia de ver a su niño, a su tesoro, apagarse cada día un poquito más.
Su madre dice que haría cualquier cosa por su hijo. Y lo entiendo perfectamente. Yo, mataría por la mía, si estuviese en peligro. Pero es que además, la curación de Andrés ha venido de la mano de un pequeño ser vivo, deseado y amado por sus padres.

La carita de Andrés lo dice todo, y su felicidad está por encima de cualquier ética o moral. En este caso, el fin, sí justifica los medios.
Ahora, el sueño de Andrés, aparte de cuidar a su hermano, es ser médico. Y seguro que lo será, y de los buenos.
Enhorabuena Andrés, y dale un beso muy fuerte a tu hermanito Javier y a tus padres.

martes, 10 de marzo de 2009

La medalla de las vanidades


Medalla de las Bellas Artes.

Dícese de aquella medalla que desde hace 40 años se otorga a aquellas personas o instituciones que se encargan de difundir el Arte y la Cultura, así, con mayúsculas.
Este año ha habido grandes figuras. Una de ellas, mi admirada Charo López, a la que tuve el enorme placer de felicitar tras su bellísima interpretación en "Los Puentes de Madisson". También ha sido honrado con dicha medalla un cantante muy polifacético, Miguel Bosé. Pilar Bardem, Imanol Arias, Agatha Ruiz de la Prada....y muchos más que sin duda, se lo merecen.
Pero este año la medalla, va unida a una guerra entre personajes de cierto gremio.
Nunca he podido entender, que las palabras "torero" y "Bellas Artes", pueda ir en la misma frase. Se, que el arte en cierto modo es algo subjetivo. ¿Quien no ha oido a veces a alguien que mira un cuadro de algún pintor de arte abstracto diciendo "Bah...eso lo hace mi hijo de 5 años"?. Evidentemente no siempre estamos en sintonía con el mundo. Y lo que para mí es Arte, para un señor de 50 años, perteneciente al mundo rural (con todos mis respetos a los señores de 50 años del mundo rural), no lo es. Pero lo que jamás entenderé, ni comprenderé, ni respetaré, es que a un señor (...), clavándole cosas, torturando, masacrando a un ser vivo, a eso, se le llame Arte, y encime, se le premie con una medalla. La misma que se le entrega a una actriz capaz de hacer que un teatro entero vibre de emoción con el solo timbre de su voz. No señores, me niego a llamarle Arte a ese esperpento bochornoso y deleznable, donde un señor (...), vestido de una manera ridícula acribilla a un animal noble, que sale drogado y machacado para que no tenga posibilidad de defenderse.
No es que esos señores (...)no deban devolver esa medalla, es que jamás, jamás se la debieran de haber dado. Máxime cuando esa medalla está pagada por nosotros, los españolitos de a pié. Esos españoles que somos mayoría en cuánto a rechazo a esa mal llamada fiesta nacional se refiere.
La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por el modo en el que se trata a sus animales. Esta frase la dijo Gandhi. Nuestros animales por excelencia son los toros. ¿Qué grandeza puede tener nuestra nación, tratándolos como los tratamos?. Y encima les damos medallas a los que los asesinan.....ay señor, señor. Que país éste....

jueves, 5 de marzo de 2009

Cometas en el Cielo



Antes de nada pediros perdón por mi ausencia en este pequeño y diminuto (aunque grandísimo en amigos) cuaderno de bitácora.
Imagino que os habrá pasado alguna vez. Los problemas te desbordan tanto, que el simple hecho de sentarse frente al monitor, se hace harto difícil. No es que sean problemas graves, no, afortunadamente, pero son cosas que trastocan la vida de esta que os escribe de cuando en vez.
Aún así, os he estado visitando a todos y leyendo vuestros maravillosos blogs.

Quiero hablaros de este libro que acabo de ¿terminar?, no, no, devorar.
Llevaba mucho tiempo detrás de él, pero no terminaba de decidirme a comprarlo, ya que bueno, al ser un escritor afgano, sentía que no iba a tener muchas cosas en común. Además, mi genero predilecto es la novela histórica, y bueno...que no me terminaba de convencer. Lo tuve muchas veces entre mis manos, pero al final, siempre lo volvía a dejar en su sitio. Hasta el otro día, que me decidí a comprarlo.

He sentido tantas cosas leyéndolo, he llorado tanto, de felicidad, de tristeza. Me ha conmovido de tal manera, que no entiendo como he podido perder tanto el tiempo leyendo otras cosas que realmente no me han llenado. He aprendido tanto sobre el pueblo Afgano, sus costumbres, sus miedos.
Estábamos tan acostumbrados a verlos cada día en las noticias, que casi nos hacíamos insensibles, nos parecían más de los mismo.
Señor, que equivocada estaba. Lo reconozco, soy una total y verdadera inculta, y este libro me ha ayudado a aprender mas cosas de este pueblo. Os lo recomiendo encarecidamente. También he visto la película, que aunque es maravillosa también, no recoge en absoluto la grandeza de las palabras del autor.
Se, que cometas en el cielo, se convertirá en un libro que leeré bastantes veces a lo largo de mi vida, porque es de esos libros, que cada vez que los lees, descubres algo nuevo.
Un beso a todos.