jueves, 4 de septiembre de 2008


Oteas la blanca desnudez en el horizonte de mi cuerpo.

Sin saber como ni cuando, te vas enroscando en mi alma, como si quisieras atornillarme fuerte a la tuya, deseoso de esculpir con tus ávidas manos mi
cuerpo voluptuoso de mujer.

En tu presencia, me siento pura, como la nieve antes de ser ultrajada por
la huella, negra, infame.

Apura sin miedo estos labios que guardan el deseo de lo prohibido,
el goce de poder sentir,
el placer del dolor vivido.

2 comentarios:

Luchete dijo...

Inmensos versos...deleitas con tus bellas palabras...q lo sepas.

Un saludito y que pases una buena semanita...te lo dice un paisano...

Luchete dijo...

Paisana, pasaba por aquí de nuevo, pero he visto q no habías actuualizado, así q nada, tan sólo desearte una feliz semani. Besis!